Perdida en Italia entre desconocidos y reencuentros.
Viajaba a Italia con mi hermana y llegando allá cada quien se iba por su lado. Ella llegaba a su casa y yo me iba a otro lugar. Estacionaba el carro (no sé de donde salía el carro) y me dejaba en un teatro donde yo tenía que estar. De repente, se hacía de noche y no encontraba el carro. Una chica como con discapacidad aparecía y yo le pedía ayuda. El lugar era pobre y peligroso.
Yo solo pensaba en que era Italia, pero la parte más fea, aún así decía, no me puede pasar nada. Caminaba con esta chava pero, no podía darle ninguna referencia porque no sabía cómo. Y caminando me encontraba un chavo, era guapo pero estaba todo pandroso. Tenía ojos color miel y cabello largo lacio castaño claro.

Autor: Paul Delvaux, Solitude 1956
Él era serio y rudo y nos acompañaba. Caminando con duda si él podría asaltarme nos ayudo a buscar el lugar. Nos dio hambre y nos metimos como a un puesto de tacos. Ahí él empezaba a pelear con gente y la gente era del narco. Yo tenía miedo de que me vieran con cartera de marca y dinero.
Le llamaba a mi hermana para pedirle que me dijera cómo llegar al carro pero casi no la escuchaba. Ella estaba como en una fiesta elegante. Me mandaba una foto con el dibujo de cómo tenía que caminar. Yo no sabía si era de madrugada, solo pensaba en que mi novio que iba a estar preocupado porque no había avisado que ya estaba en Italia.
Le llamaba a mi hermana para pedirle que me dijera cómo llegar al carro pero casi no la escuchaba. Ella estaba como en una fiesta elegante. Me mandaba una foto con el dibujo de cómo tenía que caminar. Yo no sabía si era de madrugada, solo pensaba en que mi novio que iba a estar preocupado porque no había avisado que ya estaba en Italia.
Volvía a llamar a mi hermana porque perdía el croquis y mi batería estaba muriendo. Tenía miedo de no poder regresar, pero igual sabía que lo iba a lograr.
El alguna parte el chavo se sentaba cerca de mi. Yo le coqueteaba porque se me hacía guapo. Pero él era raro, como muy metido en su papel de rudo. Y parecía que yo le gustaba pero no hacía nada por acercarse.
En los tacos salimos y el chavo se fue corriendo con los que estaba peleando. No lo volví a ver. La niña me acompañaba (no sé de dónde salió) y saliendo encontraba a mi mamá que me decía, ¿donde andas? Vamos a ver lo del hotel. Por ahí aparecían ya mis dos hermanas. Ya era de día, muy temprano y caminábamos en calles que tenían locales de ropa. Como en Turquía (según yo), ahí estaban mis otras hermanas.
Me llevaban a la casa. Era muy grande y rosa. En ese pueblo feo era la casa más grande. Ahí ya aparecía el novio de mi hermana. Entrando era la casa de la esposa de mi papá.
Me llevaban a una habitación y ahí estaba otra vez mi ex. Yo pensaba...¿ellos sabían que era mi novio?. Como que lo incluían pero yo no les decía nada. Y pensaba si mi ex llevaba ropa y dinero para estar ahí. Yo sentía que yo no llevaba ropa para ese lugar porque no sabía qué ahí era donde íbamos a estar.
A la habitación entraba el novio de mi hermana quien se veía más grande y era mamón. Mi papá no estaba y su esposa tampoco. En la casa solo estaban la servidumbre.
Me iba a otro cuarto donde me tocaba quedarme. Ahí empezaba a sacar ropa para cambiarme porque íbamos a cenar. Pero la ropa que tenía no me servía, me sentía que llevaba tenis sucios o era de pobres. Estaba preocupada por qué ponerme y porque se pondría mi ex. Aunque no sabía cómo decírselo.
Salía a otro cuarto y en el pasillo me encontraba a otro ex y caminábamos juntos a un jardín. Pensaba, ¨el puto lo logró y se vendió¨. Yo sabía que él estaba ahí con su esposa pero no la veía. Pensaba en cómo él estaba ahí por conveniencia. Y también qué hubiera pasado si siguiéramos juntos. Sentía que él que estuviera ahí era como una traición. Caminábamos al jardín y mi otro ex andaba por ahí. Me daba pena presentárselo y que mi ex supiera que él era mi actual novio que no estaba vestido bien y que era tímido. Mi ex estaba vestido con una guayabera color salmón y pantalones beige, y caminaba lento con los brazos atrás y la espalda recta, como alguien con poder y seguro de sí mismo.
Le presentaba mi novio a mi ex, pero en mi cabeza sabía que eso estaba mal y que a mi novio le dolia que estuviera ahí, ademas sabía que eso sería una pelea para más al rato. Mi ex le daba la mano y mi novio solo se acercaba encorvado y muy retraído, justo como yo no quería que lo viera. Empezaban a platicar y yo le decía que debía entrar al baño.
En el camino veía que el jardín, era muy grande y bonito. Con pasillos iluminados a la orilla de la casa. La casa era blanco y de color salmón.
Entrando a un cuarto estaba mi mamá y me decía... ¿Qué no se supone que no iban a estar aquí nadie de la familia de la esposa de tu papá? Ahí están sus hijos. Y se escuchaba que hablaba gente. Y yo enojada y casi queriendo llorar le decía que sí. No sabía porqué estábamos ahí. Yo no quería mi viaje a Italia así, era lo único en que podía pensar.
Luego, desperté.
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